Así como un empleado comprometido logra las mejoras que conversamos en el artículo anterior, el hecho de que el 85% de los empleados no muestre lealtad, genera efectos completamente negativos en los resultados de cualquier empresa. Hoy en día, lamentablemente esa cifra se ha vuelto realidad. Esto trae como consecuencia a una alta tasa de inasistencias, a veces intencionales y a veces inevitables, por enfermedad.
Si nos preocupamos por el bienestar de las personas que trabajan con nosotros, no solamente estaremos mejorando su salud de manera directa. Al brindarles beneficios saludables, también logramos menores niveles de estrés y un mayor nivel de satisfacción de los empleados. Ambos son factores que, obviamente, también disminuyen la cantidad de afecciones físicas.
¿Cómo funciona un programa de bienestar?
Los programas que se diseñan con el objetivo de brindar bienestar a los empleados, no solo refuerzan la cultura interna y la imagen de la compañía, sino que también logran un aumento en la retención de talento. Por otra parte, mejoran los niveles de engagement y la productividad general.
- La productividad aumenta más de un 30%.
- Las ventas aumentan más de un 35%.
- La creatividad se triplica.
Diseñar un programa de bienestar no es solamente brindar un descuento en el gimnasio y poner a disposición frutas en la oficina. Un programa no solamente incluye a los beneficios individuales, sino a la campa?a de comunicación para concientizar a las personas y lograr cambios que se mantengan en el tiempo. Se trata de un trabajo de “evangelización” de los empleados, pero también de un cambio de mentalidad general de la empresa, para que cada acción o decisión sea medida en base a su nivel de perjuicio o bienestar para con las personas.
Por eso el programa de bienestar debe incluir:
- Beneficios concretos personalizados.
- Accesibilidad a los beneficios.
- Comunicación constante.
- Capacitación a líderes de equipo.
- Métricas de los resultados.
Las empresas con programas de bienestar superan a su competencia en un 200%. No solamente cambian las cifras duras como la cantidad de accidentes, el absentismo y las inasistencias por enfermedad. También se modifica la calidad del trabajo, logrando más proactividad, más innovación y más oportunidades de crecimiento.