El liderazgo transaccional aparece como idea en la década de los 70, un término acuñado por James McGregor Burns y desarrollado por Bernard M. Bass.
Burns recibió un Pulitzer por su trabajo biográfico sobre el presidente Roosevelt y, quizás era tan excelente biógrafo de grandes personalidades debido a su capacidad para entender las relaciones entre líderes y colaboradores. Dentro de su teoría del liderazgo, este historiador y científico de la política planteó dos ideas: Liderazgo transaccional, en el que los líderes se enfocan en las relaciones que mantienen con sus seguidores. Liderazgo transformacional, en el que los líderes hacen foco en sus seguidores específicamente, es decir en sus necesidades, deseos, valores y creencias.
Los 4 lineamientos del Liderazgo Transformacional
Bass, a su vez, toma el concepto de liderazgo transformacional de Burns y lo profundiza encontrando 4 lineamientos básicos:
- Influencia Idealizada
Es aquella que facilita el respeto, confianza y seguridad de los seguidores. Los líderes carismáticos logran transmitir su visión y su misión de manera ideal. - Consideraci?n Individualizada
Dentro de los desafíos de trabajo de un seguidor, el liderazgo transformacional plantea el desarrollo personal. Por eso se indaga de manera individual en sus necesidades, se brinda un acompañamiento personal y se trabaja con un foco que difiere al de la búsqueda del aumento de resultados o productividad. - Estimulación Intelectual
Para lograr innovación, se trabaja con un enfoque abierto y creativo, en el que propicia terreno fértil para nuevas ideas y propuestas. Los seguidores se transforman así también obteniendo autonomía para resolver conflictos y encontrar soluciones de manera independiente de sus líderes y evitando procesos burocráticos. - Liderazgo Inspiracional
Los líderes transformacionales proveen a sus seguidores una visión del futuro optimista y motivacional que logra potenciar naturalmente el desempeño y el crecimiento de las personas.
Un mundo cambiante
“En un mundo cambiante, los líderes más valiosos, son aquellos que pueden despertar las conciencias de los subordinados acerca de lo que están haciendo” (Bass, 1987:163).
Nadie puede negar que nos hayamos en un mundo cambiante, hoy tanto o más que en 1987. Es increíble que todavía haya empresas que se enfoquen en resultados sin pensar en las personas, que el liderazgo transformacional no haya llegado a todos los rincones corporativos. Las preguntas que debemos hacernos son: ¿Qué pasaría si nuestros empleados fueran libres de elección? ¿Qué pasaría si no estuvieran obligados a cumplir un horario, a generar resultados? Hablamos de trabajar con una misión, de ofrecer a todos en la oficina un motivo genuino para mejorar. Será en ese contexto donde la libertad aparezca como clave para entender, transformarnos y crecer.